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domingo, 1 de mayo de 2011

Declaración de Río (segunda parte)

SEGUNDA PARTE: TEMAS ESPECÍFICOS Y ÁREAS DE ACCIÓN
Adicionalmente, hacemos un llamado a la acción en las siguientes dimensiones de trabajo con
hombres y niños para alcanzar la equidad de género.

Violencia Hacia las Mujeres
Mujeres y niñas sufren de una pandemia de violencia en manos de algunos hombres: violencia física hacia las mujeres por sus maridos y parejas masculinas, ataques sexuales (incluyendo violación en el contexto del matrimonio), tráfico de mujeres y niñas, femicidio, violación como estrategia de guerra, acoso sexual en el trabajo, y mutilación genital. Por demasiado tiempo, todas las formas de violencia (incluyendo violencia física, psicológica, sexual y económica) contra mujeres y niñas ha sido vistas principalmente como un “asunto de mujeres” y han estado invisibilizadas, consideradas como un asunto privado y han sido una preocupación de los movimientos de mujeres y feministas. Las estructuras patriarcales sostienen esta impunidad. La responsabilidad de hombres y niños y su involucramiento para una transformación social es esencial para que las mujeres y niñas vivan vidas libres de violencia.

Violencia Hacia Niños y Niñas
Niñas y niños sufren abusos y violencia a gran escala -incluyendo castigos corporales y otras formas de castigos humillantes y degradantes- en sus hogares, comunidades, escuelas y otras instituciones que deberían protegerlos. Estas violencias a menudo siguen patrones de género, en algunos contextos los niños están más expuestos a sufrir violencia física por parte de sus padres, mientras que las niñas tienen más probabilidad de sufrir violencia emocional y sexual. Presenciar y sufrir violencia siendo niños es uno de los factores que llevan a muchos hombres a tener conductas violentas contra sus parejas mas tarde en sus vidas. Lo expuesto revela la necesidad de contar con un enfoque de ciclo vital para reducir la violencia e involucrar a niños y niñas en la ruptura de los ciclos de violencia familiar.

Violencia entre Hombres
Aunque el fin de la violencia hacia las mujeres es una prioridad en nuestra agenda, debemos enfocarnos también en las diferentes formas de violencia entre hombres y niños. Estas incluyen conflictos armados, violencia de pandillas, matonaje escolar (bullying) y violencia homofóbica. Hombres y niños en tanto víctimas de homicidio presentan tasas más altas que las mujeres y niñas a nivel mundial. Estas muertes -la gran mayoría con uso de armas- son altamente prevenibles y están vinculadas también a la socialización de los niños sobre la toma de riesgos, las peleas y el dominio de algunos grupos de hombres y niños sobre otros. El cuestionamiento de la cultura de la violencia y del uso de armas requiere involucrar a hombres y niños en el entendimiento de cómo ciertas versiones de masculinidad son a menudo definidas en íntimas relación con el uso de la violencia.

Violencia en Conflictos Armados
En países que tienen reclutamiento militar o que demandan servicios militares más largos para hombres, los hombres jóvenes son tratados como socialmente desechables y enviados a la muerte en gran número. Ejércitos y otros grupos armados que se rehúsan a seguir las leyes internacionales sobre el trato a civiles durante los conflictos explícitamente consienten e incluso alientan el uso de la violencia sexual como un método de guerra, propiciando modelos militarizados de masculinidad y asegurando que aquellos hombres quienes se rehúsen a la violencia sean denigrados y estigmatizados, incluyendo la violencia homofóbica. Niñas y niños son arrastrados de manera creciente a conflictos armados, tanto como víctimas y como agresores. Llamamos a los gobiernos nacionales a respetar las Resoluciones del Consejo de Seguridad incluyendo las Resoluciones 1308, 1325, 1612 y 1820 y a contribuir proactivamente a la eliminación de todas las formas de violencia de género, incluidos los tiempos de conflicto armado.

Género y la Política Económica Global
Las identidades de género están fuertemente influidas por las tendencias actuales en la política económica global. Valores como la competencia, el consumo, la acumulación agresiva y la afirmación de poder refuerzan las prácticas de dominación y violencia. Los modelos económicos dominantes han llevado a un aumento de la vulnerabilidad económica pues se han perdido oportunidades de sustento en gran escala. Mientras las mujeres han entrado a la fuerza de trabajo remunerado en gran número en los últimos 20 años los hombres son todavía definidos principalmente como los que “ganan el pan” y los proveedores. Muchos hombres quienes no son capaces de alcanzar esta expectativa social de ser proveedores experimentan estrés y problemas de salud mental, incluyendo uso de alcohol y otras sustancias. El estrés económico se asocia también con el uso de violencia por parte de los hombres hacia mujeres y niños. Necesitamos un mejor entendimiento de estos fenómenos y abogar por la inclusión de estos temas en el foro económico internacional.

Hombres y Niños como Cuidadores
A través del mundo las normas de género refuerzan la expectativa de que mujeres y niñas tienen que tomar responsabilidad por el cuidado, incluyendo las tareas domésticas, criar a las/os niñas/os y cuidar a ancianos y enfermos. Esto frecuentemente impide que mujeres y niñas accedan a derechos humanos fundamentales como la salud, educación, empleo y participación política plena. Corregir esto requiere que los gobiernos nacionales, las organizaciones de la sociedad civil, las agencias de la ONU y las organizaciones financiadoras pongan en práctica estrategias que modifiquen las normas de género, incentivando a los hombres a compartir con las mujeres el goce y la carga de cuidar de otros, incluyendo sus capacidades como padres y proveedores de cuidado infantil. También requiere de inversiones significativas en los servicios del sector público para reducir la carga de las tareas de cuidado, especialmente en el contexto de VIH y SIDA y otras enfermedades crónicas.

Diversidad Sexual y de Género y Derechos Sexuales
Existe una amplia diversidad en hombres y niño en sus identidades de género y orientaciones sexuales. Muchos son estigmatizados por el hecho de que aman, desean y/o disfrutan del sexo con otros hombres, y también lo son aquellos que tienen identidades de género no-normativas. En todo el mundo patrones formales e informales de injusticia sexual, discriminación, exclusión social y opresión dan forma al acceso de hombres y niños a los derechos civiles, a los servicios de salud, a su seguridad personal así como al reconocimiento y afirmación de sus relaciones íntimas. Las construcciones de masculinidad en muchos contextos están basadas en una hostilidad despiadada hacia comportamientos sexuales que contradicen las normas patriarcales dominantes, siendo disciplinadas a través de violencia heterosexista. Los programas y políticas que involucren a hombres y niños deben reconocer y afirmar la diversidad sexual en hombres y niños, y apoyar el derecho al bienestar y al placer sexual a hombres de todas las orientaciones sexuales.

Vulnerabilidades de Género en Hombres y Niños y Necesidades de Salud
En la mayor parte del mundo hombres y niños mueren más temprano que mujeres y niñas de enfermedades prevenibles, accidentes y violencia. La mayoría de los hombres tienen tasas de muerte más altas por las mismas enfermedades que afectan a las mujeres. Necesitamos trabajar con niños y hombres jóvenes para promover conductas de cuidado de salud y de búsqueda de ayuda entre ellos mismos y sus familias. Adicionalmente, las experiencias personales y emocionales de hombres y niños tienen que ser tomadas en cuenta para comprender mejor la raíz de problemas tales como la violencia, el suicidio, el abuso de drogas, los accidentes y la poca iniciativa para la promoción y prevención en salud. Son necesarios programas y servicios de salud mental que respondan al género y sean sensibles socioculturalmente para prevenir y tratar estos problemas a nivel comunitario, trabajando para lograr y promocionar servicios de salud apropiados al género para mujeres, niñas, hombres y niños.

Explotación Sexual
La violencia sexual cometida por algunos hombres es resultado de normas sociales que toleran la explotación de mujeres y niñas, niños y hombres. El trato como objetos y mercantilización de mujeres y niñas, niños y hombres, naturaliza comportamientos sexuales violentos y coercitivos. Terminar con la violencia sexual y la explotación requiere estrategias holísticas que van desde el nivel global hasta el local involucrando a hombres y niños en el desafío de las actitudes que les confieren a los hombres una posición de dominancia, tratando a todos los seres humanos con dignidad y respeto. Debemos incluir también en esta discusión el uso de internet en la explotación sexual y explorar como hombres y niños pueden ser involucrados en el cuestionamiento de esta nueva forma de explotación.

Derechos y Salud Sexual y Reproductiva
Los derechos en salud sexual y reproductiva (DSSR) han sido largamente reconocidos como un territorio de las mujeres, dejando a mujeres y niñas como responsables por su propia salud sexual. Los hombres a menudo no tienen acceso a servicios de salud reproductiva y sexual, o no los usan, aunque sus comportamientos los pongan en serio riesgo a ellos y sus parejas. Es esencial que trabajemos con hombres y niños para apoyarlos y promover los DSSR de mujeres, niñas, niños y otros hombres, y que los servicios de salud consideren el tema del poder y promuevan activamente la equidad de género. Estos servicios deberían ayudar a los hombres a identificar y atender sus derechos y necesidades de salud reproductiva y sexual. Esto nos obliga a avanzar en el debate sobre los derechos sexuales adoptando un enfoque positivo para que la sexualidad de todas/os esté basada en los derechos humanos.

VIH y SIDA
El VIH y el SIDA continúan devastando comunidades alrededor del mundo. Las inequidades y las normas rígidas de género exacerban la propagación y el impacto de la epidemia, haciendo difícil a mujeres y niñas la negociación de sus relaciones sexuales y dejándoles la carga de cuidar de aquellas/os con enfermedades relacionadas al SIDA. Las definiciones de masculinidad que igualan hombría con dominación sobre las parejas sexuales, la búsqueda de varias parejas, la disposición a tomar riesgos sumado a la idea de que acudir a los servicios de salud es una señal de debilidad, incrementan la probabilidad de que los hombres contraigan y propaguen el virus. En la línea de los compromisos realizados en las Sesiones Especiales de la Asamblea General de la ONU sobre VIH y SIDA y en muchos planes nacionales sobre el SIDA, los gobiernos, las agencias de la ONU y la sociedad civil, deben urgentemente implementar estrategias de prevención, tratamiento y apoyo basadas en la evidencia, atender las dimensiones de género del VIH y el SIDA, tomar en cuenta las necesidades de las personas que viven con VIH y SIDA, asegurar acceso a tratamiento, desafiar los estigmas y la discriminación y apoyar a los hombres en la reducción de conductas de riesgo y mejorar su acceso y uso a los servicios relacionados al VIH.

La Juventud y el Sector Educacional
Los hombres y mujeres jóvenes quienes participaron en el Simposio afirman que un temprano y activo involucramiento en iniciativas que promuevan sistemáticamente conductas de equidad de género a todos los niveles creará un ambiente en que niños y niñas serán vistos con iguales derechos, promoverá la conciencia de sus derechos como seres humanos e inculcará la capacidad de desarrollar estos derechos en cada aspecto de sus vidas, desde el acceso a la educación, a la prevención del matrimonio temprano, el derecho a un trabajo digno, a vivir en relaciones equitativas y a vivir libres de violencia. Los temas de justicia de género deben ser incluidos en el currículo escolar desde las edades más tempranas con foco en promover una reflexión crítica acerca de las normas de género.

Reconociendo la Diversidad
Enfatizamos que el debate, las acciones y las políticas dirigidas a las relaciones e inequidades de género, serán más efectivas y tendrán un mayor impacto positivo cuando incluyan una comprensión y celebración de nuestras diferencias basadas en la raza/etnia, edad, diversidad sexual y de género, religión, habilidades físicas y de clase.

Medio Ambiente
Un resultado de las sociedades dominadas por masculinidades hegemónicas ha sido la tentativa de algunos hombres de dominar la naturaleza. Con cambios climáticos catastróficos y destrucción medio ambiental, estas acciones han tenido resultados desastrosos. Nuestra meta va más allá de la justicia de género al decir que un mundo hecho a la imagen de hombres violentos y negligentes es autodestructivo. Todos los niveles de nuestras sociedades deben actuar urgentemente para detener esta una de las más dramáticas expresiones de poder económico y social injusto.

Fortaleciendo la Evidencia
Es vital continuar acumulando evidencia de programas transformadores de género a través de investigación y evaluaciones de impacto, para determinar cuáles estrategias son más exitosas en cada contexto cultural. Los indicadores de éxito deben incluir un examen específico acerca de si las normas y conductas de género han cambiado. Asimismo, la evaluación de programas y políticas debe examinar los efectos que tienen en ambos géneros, hombres y mujeres.

TERCERA PARTE: El LLAMADO A LA ACCIÓN
1. Todas las personas deben llevar este llamado a la acción dentro de sus comunidades y ser agentes de cambio promoviendo la justicia de género. Las personas y los grupos necesitan hacer responsables a sus líderes y gobiernos para que respondan por esta tarea.
2. Las organizaciones de base comunitaria deben continuar su trabajo innovador para desafiar el orden de género y otras inequidades, sirviendo como modelos de cambio social.
3. Las organizaciones no gubernamentales, incluyendo aquellas basadas en la fe, deben desarrollar y construir programas, intervenciones y servicios basados en las necesidades, derechos y aspiraciones de sus comunidades, siendo responsables y reflejando los principios de este documento. Deben desarrollar sinergias con otros movimientos sociales relevantes, y establecer mecanismos para monitorear e informar los compromisos adquiridos por los gobiernos.
4. Las organizaciones no gubernamentales internacionales que trabajan en el campo de la violencia basada en genero, la equidad de género o temas de violencia contra niños y niñas deben involucrar a hombres y niños en conjunto con mujeres y niñas; deben apoyar a las organizaciones nacionales involucradas facilitando redes, proveyendo capacidades y apoyo técnico y deben colaborar con los gobiernos para desarrollar políticas y estrategias que promuevan una implementación y seguimiento apropiados de los compromisos internacionales y de la ONU.
5. Los gobiernos deben actuar conforme a sus obligaciones y compromisos internacionales y con la ONU, priorizar y asignar recursos para intervenciones transformadoras de género, y desarrollar políticas, marcos de trabajo y planes de implementación concretos para avanzar en esta agenda, incluyendo el trabajo con otros gobiernos y la adhesión a los principios de París.
6. El sector privado debe promover ambientes de trabajo equitativos en términos de género y libres de violencia y explotación, y dirigir su responsabilidad social empresarial hacia el cambio social inclusivo.
7. El rol de los medios de comunicación y las industrias del entretenimiento en el mantenimiento y el reforzamiento de normas de género tradicionales e inequitativas debe ser abordado, confrontado y se deben apoyar alternativas.
8. Las instituciones financiadoras bilaterales deben redirigir sus recursos hacia la promoción de programas inclusivos para la equidad de género y la justicia social, incluyendo cambios en leyes y políticas y el desarrollo de sinergias entre financiadores.
9. Las Naciones Unidas debe mostrar liderazgo en estas áreas, apoyando a los estados miembros de manera innovadora y proactiva en la promoción de leyes, políticas y programas de desarrollo equitativos de género y transformadores de la sociedad, incluyendo la coordinación interagencial como está considerado en la misma ONU.
10. Nosotros reunidos aquí en el Simposio nos comprometemos a responder al llamado de la Campaña del Secretario General “Unidos para poner fin a la Violencia Contra las Mujeres 2008-2015”, impulsando nuestras energías, redes y aliados en apoyo de la movilización mundial de hombres y niños y sus comunidades, para poner fin y prevenir esta pandemia.
Llamamos a los gobiernos, a la ONU, a las ONGs, a las personas y al sector privado para intensificar sus compromisos y recursos en el involucramiento de hombres y niños en el cuestionamiento y superación de versiones inequitativas y violentas de la masculinidad y en el reconocimiento de los roles positivos de hombres y niños –y su propia participación personal- en la superación de injusticias de género.

(*) Traducción de la versión en inglés al español por Francisco Aguayo F. y Beatriz Sotomayor.